... A menudos los Docentes solemos confundir innovación tecnológica con la innovación pedagógica....
Después de analizar el artículo anterior, de la infraestructura hacia la infoestructura, la alta dirección de nuestra gloriosa universidad no debe olvidar la necesidad urgente e insoslayable de proporcionar al profesorado universitario competencias pedagógica e informáticas para entrar a una era con la que podemos estar de acuerdo o no, pero nunca al margen, la de introducir las TICs a nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje. Lejos de la resignación distinguida y la utopía encantatoria a la que no debemos acostumbrarnos los miembros de la comunidad universitaria, sigue siendo posible otro camino. Hoy hay lugar para la redefinición de un verdadero reformismo, radical en sus análisis y ambicioso en sus objetivos que, al mismo tiempo, vuelva a dar un sentido positivo a una parte necesaria de utopía en la reinvención de la UNI para el siglo XXI. Nada nos obliga a contentarnos con un discurso gerencial que equivale a negar las transformaciones profundas que requiere nuestra universidad; o con un discurso de rechazo nostálgico hacia la cultura de calidad; en tanto que, se tendría que implementar políticas institucionales de la alta dirección que solo conduzcan a los miembros de la comunidad a entender de que el único camino transitable hacia un futuro competitivo1 es la integración (fortalecimiento de la redes académicas) y la capacitación pedagógica, ya que el más del 70 % de las actividades en la UNI están centradas en los procesos de enseñanza-aprendizaje, por lo que la competencia profesional no representa ni el 30 % de su actividad dentro de la UNI.
Este es uno de los grandes retos por alcanzar, pero que a criterio propio sostengo que en la UNI la estamos abordando mal. Cuando la UNI aprobó proporcionar una insentivo pecuniario para que los profesores compraran computadoras, a cambio de que entregaran como producto un aula virtual de su propio curso, en una estimación atrevida, considero que ni el 5 % de los profesores adquirieron la competencia deseada, la de introducir las TICs en sus procesos de enseñanza-aprendizaje y un gran número ni siquiera se enteraron de como se elabora un aula virtual y pero aun, de como usarlo, ya que las que se mandaron a editar y por si no es suficiente, las personas que certificaban el producto ni siquiera conocian el tema. Ahora si la pretención era que los profesores solo compraran su computadora, y el aula virtual solo un mero formalismo, entonces si se lograron los objetivos deseados.
Este es uno de los grandes retos por alcanzar, pero que a criterio propio sostengo que en la UNI la estamos abordando mal. Cuando la UNI aprobó proporcionar una insentivo pecuniario para que los profesores compraran computadoras, a cambio de que entregaran como producto un aula virtual de su propio curso, en una estimación atrevida, considero que ni el 5 % de los profesores adquirieron la competencia deseada, la de introducir las TICs en sus procesos de enseñanza-aprendizaje y un gran número ni siquiera se enteraron de como se elabora un aula virtual y pero aun, de como usarlo, ya que las que se mandaron a editar y por si no es suficiente, las personas que certificaban el producto ni siquiera conocian el tema. Ahora si la pretención era que los profesores solo compraran su computadora, y el aula virtual solo un mero formalismo, entonces si se lograron los objetivos deseados.
Cuando nuestras autoridades via el CEPS-UNI emprendieron un proyecto de envergadura, capacitar a más de 300 profesores, de la cual fui parte, se logro durante 1 año sostener este proyecto pero con pena me atrevo a decir que ni el 10 % de los profesores adquieron la competencia digital deseada y en el resto de los profesores su competencia quedó aletargada en el olvido, durmiendo el sueño de los justos.
A todos estos hechos sostengo que las autoridades están haciendo su mejor esfuerzo pero no es suficiente, porque la naturaleza entrópica de la Educación tiende a que todo esfuerzo de mejorar la Educación se degrade; mientras no se establezcan los mecanismos y procedimientos que puedan sostenerlo y perennizarlos en el tiempo. Y como hacerlo, en mi opinión no debemos abordar el cambio hacia la era digital sin abordar en primera prioridad la innovación pedagógica. Es decir, establezcamos mecanismos de capacitación en pedagogia universitaria asociados a la permanencia del docente universitario en el UNI. En todos los países del mundo se hace y el profesor no deberia ser nombrado, ratificado promovido sin que de muestre competencias en pedagogía universitaria, ya nos suficiente en estos tiempos, la capacitación y la certificación que tanto daño le hacen a la Universidad, ya que un algunos Docentes de la UNI nos hemos acostumbrado a capacitarnos y capacitarnos por el mero hecho de adquirir certificados sin la preocupación de lograr las competencias.
Por todo ello, si nuestra pretensión es promover la innovación pedagógica en la enseñanza universitaria, deberemos ofrecer un servicio de apoyo a esta labor que, no se hace nada fácil y, que avanza en contracorriente de la cultura tradicional de los procesos de enseñanza. Entre tod@s debemos contribuir a la promoción de una cultura universitaria donde la formación permanente como base del desarrollo profesional sea una realidad a través del logro de las competencias deseadas y con la venia de Uds. por la reitativo de la propuesta, solo si se incorporan al mecanismo de permanencia dentro del sistema universitario podremos asegurar estándares de calidad tan soñadas por todos nosotros.
Por todo ello, si nuestra pretensión es promover la innovación pedagógica en la enseñanza universitaria, deberemos ofrecer un servicio de apoyo a esta labor que, no se hace nada fácil y, que avanza en contracorriente de la cultura tradicional de los procesos de enseñanza. Entre tod@s debemos contribuir a la promoción de una cultura universitaria donde la formación permanente como base del desarrollo profesional sea una realidad a través del logro de las competencias deseadas y con la venia de Uds. por la reitativo de la propuesta, solo si se incorporan al mecanismo de permanencia dentro del sistema universitario podremos asegurar estándares de calidad tan soñadas por todos nosotros.
A lo largo de este artículo se pretende sugerir a las autoridades de la UNI la creación del departamento para los servicios de Asesoramiento pedagógico-tecnológico de la UNI, enmarcado en una futura Dirección de Innovación y Enseñanza Virtual, con un presupuesto propio y que en coordinación con el CETIC tenga como razón de ser precisamente la comunidad docente universitaria: por ella y para ella, fomentando, favoreciendo, fortaleciendo actitudes innovadoras dentro de un marco de la gestión del conocimiento que permita difundir y mejorar las buenas prácticas docentes dentro de un marco de cooperación y respeto por los derechos de autor y sirvan a la sociedad, a su alumnado y, sobre todo, a la EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI.
La Dirección de Innovación y Enseñanza Virtual (DIEV) podría tener como objetivo fundamental sostener el proceso de innovación pedagógica en redes y con el uso de TICs, desde el paradigma de la educación centrada en la enseñanza y culto al conocimiento científico hacia un paradigma de la Educación centrada en el aprendizaje-desaprendizaje-reaprendizaje como un triada necesaria para abordar la Educación del siglo XXI.
Finalmente cabe la reflexión de Biondi et. al.2 "Por vivir de espaldas al rigor, a la academia y a la observación de lo que ocurre globalmente, aún abordamos el nuevo mundo con categorías anquilosadas en el ayer y es así como empobrecemos la comprensión de la Universidad en términos de utopías otodoxas, la pretender buscar estándares de calidad para el siglo XXI introduciendo tibiamente las nuevas tecnologías de comunicación e información y mientras no abandanomes esta utopía seguiremos gastando y no invirtiendo en educación en la Universidad Nacional de Ingenieria.
1 Jean - Paul Fitoussi y Pierre Rosanvallon, La nueva era de las desigualdades, Editorial Manantial, Buenos Aires, 1997.
2 Biondi Juan, Miro Quesada Silvia & Zapata Eduardo, Derribando muros, Editorial El Comercio, Lima, 2010.



